Un viaje a la Shitstorm by Marquitos Peña

En materia de comunicación, redes y política ha aparecido en el ámbito intelectual un nuevo concepto aplicado a la práctica política: la Shitstorm, que traducido literalmente sería “Tormenta de Mierda”, y dicho más académicamente, se trata de una Tormenta de Indignación en un medio de internet. Quien desarrolla con extensión la idea de la Shitstorm es el filósofo coreano Byung-Chul Han en su libro de 2013, “En el Enjambre”.

Screenshot_20160929-234604La Shitstorm es “sobretodo un fenómeno genuino de la comunicación digital (…) que hace posible un transporte inmediato del afecto” y la emoción, situación que impacta también en el respeto, que es una relación de distancia y de orden simétrico, es decir entre iguales, a la inversa que la asimétrica relación de poder.

Si bien “el respeto se otorga con frecuencia a modelos o superiores, en principio es posible un respeto recíproco, que se basa en una relación simétrica de reconocimiento” entre las personas, pero la presencia de “la Shitstorm, que hoy crece por doquier, indica que vivimos en una sociedad sin respeto recíproco”.

Según Carl Schmitt, un filósofo jurídico que elaboró los principios jurídicos del nazismo alemán, sostenía que ser soberano (ejercer el poder) es decidir sobre el estado de excepción, y según Byung-Chul Han puede traducirse la idea de soberanía a lo acústico y decir que “es soberano el que tiene la capacidad de engendrar un silencio absoluto, de eliminar todo ruido, de hacer callar a todos de golpe”, aunque Schmitt, que falleció en 1985, no tuvo nunca la posibilidad experimentar en la comunicación en las redes fue una persona con aversión a las ondas electromagnéticas y en sus últimos años se parafraseó a sí mismo afirmando “después de la Primmedia-photo_57e846c7d17589f27a53fc7e_640wera Guerra Mundial dije: “es soberano el que decide sobre el estado de excepción”. Después de la Segunda Guerra Mundial, con la vista puesta en mi muerte, digo ahora: “Es soberano el que dispone sobre las ondas del espacio”.

Luego de la Revolución Digital, dice Han, deberíamos redactar de nuevo la frase de Schmitt sobre la soberanía: “Es soberano el que dispone sobre las shitstorms de la red”.

Como algunos saben soy un activo usuario de Twitter, y la semana pasada durante el timbreo organizado por Cambiemos el gobierno difundió en las redes fotos y videos del accionar político de Macri, de la mano de su pequeña hija.

A partir de ese momento hubo en Twitter algunas alusiones al uso político que el presidente hizo de su hija en la escenificación mediática del timbreo, y ante un tuit que descalificaba la opinión la cuenta DestapeWeb de que existía un manejo político respondí con la siguiente frase: “El que habilita a que hablen de la hija es Macri que la lleva a una escenificación política”.

El Nick del tuitero a quien respondí es Sushiplanero (@NunkMasKs), y ese fue mi error, Screenshot_20160929-235527se trata de un conocido troll de los equipos regenteados desde las dependencias de comunicación del gobierno comandadas por el joven maravilla, Marquitos Peña.

Con mi tuit este troll inició una Shitstorm citando mi tuit pero encabezandolo con el texto: “Así piensa el K @claudioateran “El que habilita la violación es la chica que lleva pollera corta”. #VerguenzaK Reportar RT”

De inmediato se sucedió una catarata de tuits entre agresivos, violentos, insultantes y descalificadores hacia mi persona, más de 150 RT y otros tantos directos, la mayoría interpretando que yo había tuiteado efectivamente lo que el troll “interpretó” de mi tuit. Esta tormenta duró más de 3 días en el que ninguno tuvo la más mínima intención de debatir sobre la cuestión del manejo político de Macri y su hija, todos simplemente estaban destinados a agredir, estando todos esos tuiteros identificados con nicks antiK, vinculados entre ellos (todos se siguen a todos), y siendo sus tuits una sucesión inacabable de descalificaciones al anterior gobierno.

Archivo_000 (1)De pronto por mi “error” de contestar a un Troll me vi adentro de una Shitstorm cuyo objetivo era que Twitter cerrase mi cuenta, por eso el Troll pedía que me reportaran, es decir que informaran a Twitter que yo estaba violando normas de la red, y seguramente muchos lo habrán hecho aunque mi cuenta sigue vigente. Incluso un segundo Troll tomó el RT del primero para incorporarme en listas tales como TuiterosK que tienen como objetivo juntar tuiteros que sostienen adhesión al anterior gobierno para que los trolls macristas y la maraña de tuiteros de los call centers puedan encontrar allí sus víctimas con mayor facilidad, como cazar en el zoológico. La Shitstorm tiene como meta intimidar y debilitar mediante el acoso la capacidad de reacción en la red y eventualmente desalentar a nuevas participaciones.

En un primer momento mi reacción fue de cierta angustia por verme insultado gratuitamente por decenas de personas que no conozco pero al tiempo comprendí en la situación que estaba metido y me pareció interesante la posibilidad de vivir una experiencia original y aprender de ella.

Si me piden un aprendizaje de ese viaje a través de la Shitstorm tuitera sería no responder nunca a un Troll, solo bloquearlo, y seguir adelante. Ignorar a estos detritos de la red es el mejor consejo.

El gobierno de Mauricio Macri destina anualmente 160 millones de pesos para redes, según datos de la Revista Noticias, exactamente el doble que lo invertido durante el último año por el kirchnerismo, con un muy denso equipo de comunicación en cabeza del Jefe de Gabinete de Ministros, Marcos Peña, amante declarado de la política digital y principal exponente de la neolengua del relato macrista.

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