Entradas del mes marzo, 2011

  • 27
  • Mar
  • 2011
Una farsa es una pieza cómica, por lo general bastante breve, cuyo único objetivo es hacer reír a los espectadores. La trama de estas obras intenta mostrar la realidad de forma muy exagerada. Esto hace que las farsas puedan realizar una crítica social desde el humor. En la actualidad, se conoce como farsa a la compañía de farsantes (es decir, las compañías teatrales dedicadas al género) y, en forma despectiva, a la obra dramática que resulta grotesca y desarreglada.

La mirada sobre el pasado puede hacerse desde múltiples perspectivas, desde la nostalgia, desde el interés científico, desde la conciencia histórica, desde la pretensión política o desde el arte.

La Historia, con mayúsculas, es una herramienta de Poder, con mayúsculas, desde los tiempos de las primeras civilizaciones de la Mesopotamia asiática hasta nuestro nuevo siglo, el dominio de los discursos históricos constituye un cimiento ineludible para quien quiere construir poder.

En la Argentina tenemos una enorme cantidad de ejemplos sobre la ventaja que significa tener la pluma que escribe la Historia: establecer el mito iniciático de Mayo, generar los ejes político-ideológicos en base a los grandes personajes, poner en la oscuridad o en la luz la figura de Rosas, exaltar o criticar el modelo oligárquico agroexportador, explicar el peronismo, entre tantos otros ejemplos de la importancia que asume el tener la posibilidad de establecer el discurso histórico.

En nuestro país el último de los grandes temas que han movilizado a la reescritura histórica ha sido el de los movimientos políticos de la década de 1970.

La década de los 70 tenía una escritura histórica germinal nacida al calor de la dictadura, esencialmente sostenida en el relato periodístico donde “subversivos”, “delincuentes terroristas” o “guerrilleros” eran los responsables y victimarios de un proceso histórico marcado por la violencia política, luego ese discurso sufrirá una primera reescritura con el advenimiento de la democracia alfonsinista y que se sostuvo en el transcurso de la década menemista basado en la llamada “Teoría de los Dos Demonios”, en la que a aquellos victimarios subversivos les surge una contrafigura de similar responsabilidad llamada terrorismo de Estado.

Esta lectura de la Historia de dos partes enfrentadas con similares responsabilidades para una década de violencia y muerte, si bien generaba insatisfacción en las agrupaciones de la izquierda, en las víctimas del terror dictatorial y en sectores del progresismo intelectual,  de alguna manera sí dejaba satisfecho al poder económico y a sus representantes de la derecha política e interpretadores de la prensa y los medios electrónicos, ya que la lectura histórica de los dos demonios si bien no era aquella ideal de la dictadura, sin embargo, como buena herramienta de poder, tenía su correlato benéfico en las decisiones políticas que hilvanaron la obediencia debida, el punto final y los indultos.

En este marco, la reescritura histórica que promueve el kirchnerismo a partir del 2003, desestabiliza todas las estructuras establecidas en torno al fenómeno de la violencia setentista, ya que se opone diametralmente a la primera lectura de la dictadura y significa un cambio sustancial sobre la lectura de la reinstauración democrática.


Sucio Trapo Rojo – Llambías por orsondiaz

La nueva visión histórica de los 70 se centra en una revalorización de las intenciones y objetivos de las organizaciones políticas juveniles (esencialmente del peronismo) que terminaron siendo barridas por la ofensiva militar y el terrorismo de Estado, una visión condescendiente respecto a las motivaciones y crítica acerca de las metodologías de las agrupaciones involucradas en este drama, pero que deja en el escenario a un victimario solitario: el sector militar.

Desde el momento en que se consagra la nueva escritura de la Historia los sectores vinculados al poder tradicional de la economía y sus relatores políticos y periodísticos comienzan a fustigarla junto con sus consecuencias directas: la derogación de indultos, leyes de obediencia debida y punto final, la proliferación de juicios a los responsables militares de torturas y desapariciones, el renovado impulso a las organizaciones como Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y la apertura de un capítulo aún en sombras de este período como es la colaboración civil en las ignominias de la dictadura, tanto de los sectores encumbrados del poder económico como de los medios de comunicación.

Pero en este punto es que se produce una incomprensión de parte del nicho más conservador del arco político que confunde el pasado con el presente, que no logra diferenciar un acto típico de reescritura histórica como la que realiza el kirchnerismo con una intención de construir el presente. A partir de esta confusión comienzan a buscar semejanzas que les permitan inferir que aquello que es pasado se trata en realidad de una reedición en el presente.

En esta búsqueda comienza a construirse una realidad, acción que goza del apuntalamiento de los medios de comunicación adictos a la oposición política, por medio de la cual se intenta explicar que este presente no se trata más que de un remedo de aquel pasado de los 70.

Néstor Kichner sería un nuevo Perón muerto, Cristina Fernández ocuparía el lugar de Isabelita, Moyano el de Lorenzo Miguel, La Campora serían los Montoneros y Aníbal Fernández ocuparía el rol estelar de Lopez Rega. El problema comienza a volverse más complejo cuando esta construcción de realidad, en tono de farsa, debe ubicar en sus roles a los protagonistas de la contratara, y es aquí donde los grupos de la derecha argentina se enfrentan con una lamentable realidad: no requieren de nuevos interpretes, ya que son ellos mismos los que siguen anclados en aquel pasado del cual se muestra incapaces de salir.

Es a partir de este esquema de interpretación como pueden leerse expresiones como la del presidente de las Confederaciones Rurales Argentinas, Pedro Llambía, diciendo que se quiere reemplazar la bandera argentina por “un sucio trapo rojo”.

La mención del “sucio trapo rojo” era una muletilla típica en las arengas militares de las dictaduras y de sus expresiones más ultramontanas en tiempos de la Guerra Fría de las décadas de 1960 y 1970. Tan habitual era esta frase en el discurso más reaccionario que como suele suceder en estos casos se terminó convirtiendo en el discurso mismo. El tiempo suele procesar estos excesos conceptuales desde el humor y eso es lo que hizo Diego Capusotto con su personaje Cecilio, un cantante melódico popular de los 70, un Sandro anticomunista contracara del revolucionario Bombita Rodriguez, que entre uno de sus hits presenta la canción “Rojo, Rojo”, cuyo estribillo reza “rojo, rojo, sucio trapo rojo”.

La realidad y la farsa.

La mención de Llambías revela entonces su intención de protagonizar un rol en esta construcción de la realidad setentista que propone la conservaduría nacional y sus intérpretes mediáticos, necesitados de personajes que ocupen los roles reservados a la contraparte oficial en este drama imaginado.

Lo más extraño es que si aquellos 70 hubieran revivido como pretende mostrar esta construcción mediática de la derecha argentina la frase de Llambías debería haber sido dicha por el personaje Moyano-Lorenzo Miguel, o por la propia Cristina-Isabel ya que hasta el mismo Perón la utilizó en alguna oportunidad (“no cambio la bandera del justicialismo por el sucio trapo rojo del comunismo”) pero ante la obviedad de que se trata de una frase anacrónica y vacía de contenido real, en este presente el bocadillo debe ser dicho directamente por el actor-representante de las minorías sin respaldo popular.

En el día de hoy el diario La Nación escribe una editorial en la cual ataca a la formación juvenil La Cámpora lamentando que no se trate de una verdadera formación revolucionaria, lamentando que no cumplan ese rol asignado de ser los nuevos montoneros. Como si latiera aquella vieja frase de que para toda pelea hacen falta dos.

Así está la cosa, aquellos que acusaron durante años al kirchnerismo de hacer setentismo, hoy comprenden que aquel solo pretendió reescribir la Historia, pero no volverla a vivir. Y nuestra derecha reaccionaria en cambio sí desea volver a aquellos setenta, porque toda vez que las urnas no parecen ser el camino, en aquel pasado sí existían alternativas.

Si esta Cristina con poder no desea ser aquella pobre Isabel, si Moyano no está dispuesto a convertirse en el Lorenzo Miguel que rompa la escena, si Anibal Fernandez no pretende asumir las ropas de monje negro y La Campora gusta más de las subsecretarías y las manifestaciones juveniles que de las armas, en el escenario del teatro de unos 70 renovados solo quedan roles disponibles para la oligarquía anacrónica, la prensa ultramontana, la oposición política complaciente con el poder económico, la Iglesia Católica de siempre y el periodismo servil… se lamenta sin embargo la ausencia del brazo armado de toda esta construcción, el poder militar, aquello que se fue con la historia.

La gran diferencia entre aquellos 70 y esta farsa de pasado devenido en presente es que en el inevitable desarrollo del proceso histórico quedó en el camino la habitual herramienta de las minorías reaccionarias argentinas para acceder al poder, y hoy solo queda el camino de las urnas. Y es esta y no otra la realidad que incomoda, la que se intenta negar, la que ante la evidencia de la impotencia política se intenta sustituir por una triste farsa.

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  • 19
  • Mar
  • 2011

Esta es la caracterización que hace el especialista británico Ken Robinson en una entrevista mantenida con Eduardo Punset para su programa “Redes” de la RTVE.

“Mi experiencia es que la mayor parte de nuestros sistemas educativos están desfasados. Son anacrónicos. Se crearon en el pasado, en una época distinta, para responder a retos diferentes”, dice Robinson frente a una realidad mundial de un sistema que no da respuestas frente a las nuevas generaciones pese a los constantes cambios que se intentan. “n la mayoría de sistemas, se insiste mucho en elevar los estándares de matemáticas y de lengua, que por supuesto son muy importantes, ¡pero no son lo único que cuenta en la educación! Las disciplinas artísticas cuentan, las humanidades cuentan, la educación física también…” insiste.

Las transformaciones paradigmáticas de este siglo XXI han llevado a la crisis a todas las instituciones modernas, y la escuela no es la excepción. “La revolución industrial forjó nuestro mundo, pero también fraguó nuestros sistemas educativos: ¡tenemos un sistema de educación industrial! Es un modelo de la educación basado en la producción (…)¡El problema es que las economías del mundo han cambiado diametralmente en los últimos 50 años! El mundo cada vez está más dominado por los sistemas de información, estamos inmersos en una economía de servicios” argumenta Ken Robinson.

También acomete contra una educación basada exclusivamente en la razón científica que descarta por irrelevante la formación emocional y artística, en un mundo que valoriza la creatividad y la innovación, la escuela sigue enfocada en jerarquizar las ciencias y en no motivar a sus niños y jóvenes.

«El sistema escolar es anacrónico» Ken Robinson from Claudio Alvarez Terán on Vimeo.

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  • 4
  • Mar
  • 2011

A partir del debate planteado con la invitación al escritor Mario Vargas Llosa para ser quien abra una nueva edición de la Feria del Libro de Buenos Aires, surgieron de inmediato, a través de los medios de comunicación, las voces de los dueños de la Libertad, verdaderos campeones capaces de establecer quienes defienden la libertad y quienes no.

En principio el término Libertad en este debate está acotado al espacio de lo que vulgarmente se conoce como libertad de expresión, y quienes se han escandalizado porque una parte de la sociedad argentina, esencialmente la parte más vinculada al ámbito de las ideas, considera objetable que un intelectual orgánico ligado al neoliberalismo global y que ha tenido en más de una oportunidad actitudes contrarias e incluso ofensivas para el actual gobierno argentino sea quien abra la tradicional Feria del libro, consideran que lo que se pretende es silenciar a Vargas Llosa.

Lejos está Vargas Llosa de verse silenciado en un país en que su palabra, y fundamentalmente sus opiniones políticas, ocupan portadas en los diarios de mayor tirada, minutos en las radios más escuchadas y pantalla en los canales de TV de mayor audiencia; pero de todos modos los Dueños de la Libertad se sienten escandalizados porque un Campeón de la Libertad sea objetado por sus opiniones, que no son ni más ni menos valiosas en sí mismas que las de cualquiera.

¿Pero quiénes son los que están detrás de la visita de Mario Vargas Llosa a la Argentina?

Como los Dueños de la Libertad se sienten en la misión de considerarse guardianes de ese concepto suelen afirmar su rol claramente, por eso la organización que trae al país a Vargas Llosa se llama precisamente Fundación Libertad.

Se trata de una usina de pensamiento liberal con sede en Rosario, que a su vez creó el Centro Adam Smith, que prepara para abril un encuentro internacional de la Mont Pelerin Society con el titulo “El desafío populista a la libertad en América Latina”, evento que estará presentado por el presidente de la Heritage Foundation (el Think Tank más poderoso de la derecha en EEUU) y cerrado por el propio Vargas Llosa, que aprovechará su presencia para inaugurar la Feria del Libro.

La Mont Pelerin Society es una sociedad cerrada, creada por el gurú del neoliberalismo más ortodoxo, Friedrich A. Hayek, y conformada por alrededor de 200 personas de lo más representativo del liberalismo mundial. Entre sus presidentes encontramos a Milton Friedman y George Stigler, creadores de la llamada Escuela de Chicago, que inspirase las políticas monetarias de Martinez de Hoz durante la dictadura y las políticas económicas de Margaret Thatcher y Ronald Reagan que dieron inicio a la ola neoliberal en los años 90.

También para abril, como aperitivo del encuentro de la Mont Pelerin, la Fundación Libertad prepara un seminario internacional en Buenos Aires sobre liberalismo conjuntamente organizado con la llamada Universidad El-Cato, un organismo que pese a llamarse Universidad no es reconocida como tal por el gobierno de Venezuela, y que tendrá como sede la Universidad del CEMA, otro centro de pensamiento de la derecha argentina, a quienes en su momento el propio Domingo Cavallo (SIC) tildó de «Traidores a la Patria«.

Pero para estos guardianes de la libertad, objetores de quienes merecen y quienes no merecen ser criticados por sus ideas, la variedad y diversidad de pensamientos no parece ser demasiado amplia.

Haciendo un racconto de las personalidades que han formado parte de los eventos de la Fundación Libertad, me encuentro con que el espectro ideológico es extraordinariamente acotado, como dice quien fuera mi compañero y profesor, Tato Contissa, el leve espacio entre “la reacción y el conservadurismo”.

Me propuse encontrar entre los disertantes que la Fundación Libertad ha tenido en el año 2009 alguna personalidad cercana o medianamente afín al actual gobierno nacional. Entre un largo listado de más de un centenar de políticos y profesionales no encontré ninguno. Si el lector quiere ayudarme a revisar la lista quizás pueda ver lo que yo no veo.

Fundacion Libertad 2009

Para los Dueños de la Libertad es evidente que solo hay un pensamiento que merece ser escuchado, el pensamiento correcto. Los demás, únicos merecedores de la crítica, bien pueden ser omitidos, expulsados del reino de la libertad.

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  • 3
  • Mar
  • 2011

¿Pueden las protestas sindicales desatadas en los Estados Unidos ser más importantes para buena parte de la población mundial que la crisis en Libia?

Durante el mes de febrero los medios de comunicación se vieron inundados en todo el mundo por la rebelión que estalló en Libia contra el gobierno encabezado por Ghadafi, tras casi cuatro décadas en el poder, pero en ese mismo mes de febrero, en el corazón del mundo occidental, Estados Unidos, sobrevino una rebelión social en el estado de Wisconsin por efecto del plan de ajuste que el gobernador Walker pretende instaurar incluyendo la anulación de derechos gremiales para los trabajadores estatales.

Los medios del mundo no dedicaron más que algunas líneas y pocos minutos a la rebelión de Wisconsin, obviamente opacada por la avalancha de noticias y comentarios sobre la situación libia.

En la Argentina esta relación pudo verificarse en la casi nula presencia en los medios gráficos, radiales o televisivos de noticias sobre Wisconsin y una avalancha de información sobre Libia, las más de las veces sin fuentes sustentables, y de análisis superficiales y esquemáticos.

Mientras tanto en el blog de la revista norteamericana Forbes, medio paradigmático en economía y negocios en el mundo, el especialista en Innovación y Marketing, Haydn Shaughnessy, realizó un trabajo de relevamiento acerca de los criterios de búsqueda de información de los internautas en la red a través del buscador Google sobre ambos temas.

Este estudio técnico en un medio de negocios revela una sorpresa inesperada: el interés de las personas, tomando la navegación en Internet en todo el mundo, es superior en lo que respecta a las protestas sindicales en la ciudad de Madison, Wisconsin, que en relación a la crisis en Libia.

El gráfico que acompaña el estudio resulta clarificador sobre la actividad de búsquedas en Google durante la segunda quincena de febrero, tomando como fuente el Google Insights for Search. Las búsquedas  relacionadas con las protestas de Wisconsin (azul) son superiores a las relaciones con las protestas de Libia (rojo). Inclusive mientras las búsquedas relacionadas con la persona del gobernador Walker disminuían las que se hacen sobre Wisconsin aumentaban.

En definitiva lo que nos revela el informe de Forbes es que mientras los medios globales y locales van para un lado intentando fijar la atención en el problema libio incluyendo una ves más la idea de la superioridad de la democracia occidental sobre la autocracia oriental, la gente va hacia otro lado buscando interiorizarse de qué manera en un Estado del país más poderoso de la Tierra  se intenta sustraer derechos sindicales a los trabajadores estatales y docentes con el pretexto de cerrar el presupuesto.

Una vez más los medios intentan instalar sus intereses en perjuicio de otros sucesos que se pretenden ocultar, mientras los ciudadanos eluden los canales mediáticos tradicionales para buscar sus propias vías de información, para lo cual la red propone diferentes caminos.

Hay un gran debate en el mundo de hoy sobre la posibilidad del fin del periodismo. Por cosas como estas ese destino parece posible.

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