En la misma semana dos diarios en lengua española, uno en Argentina y otro en España, recurrieron a la misma burda trampa tecnológica para construir «su» realidad, el uso del photoshop.
En España el diario La Razón, cuarto diario nacional en importancia en aquel país, propiedad del Grupo Planeta, herramienta de difusión del Partido Popular (PP) y de la Iglesia Católica española.
En Argentina el diario Perfil, propiedad del grupo editorial del mismo nombre, el editor de revistas más grande del país, adherido plenamente a la oposición política al actual gobierno nacional.
Ambos diarios hicieron la semana pasada lo que todos los medios periodísticos hacen siempre, mostrar una realidad recortada, su propia realidad. la realidad vista por La Razón y la realidad vista por Perfil. Pero en este caso esa construcción, habitualmente ideológica, se expuso en una imagen, se hizo clara y transparente.
El filósofo francés Jean Baudrillard entendía que vivimos tiempos de excesos, y que los excesos tensan hacia los extremos los conceptos, todo se visibiliza y se transparenta, incluso la construcción de la realidad que realizan los medios periodísticos.
En el caso de La Razón se trató de mostrar que las manifestaciones de «los indignados» en Madrid no eran lo masivas que se suponían que eran. En el caso de Perfil se trato de mostrar fotográficamente el estrecho vínculo entre la presidenta Kirchner y la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini.
Para obtener su objetivo La Razón decidió «quitar» manifestantes de la manifestación. Los que estaban dejaron de estar. Para la foto de tapa de La Razón nunca estuvieron allí personas que allí estaban.
Para obtener el suyo Perfil decidió quitar del balcón de la Casa Rosada a la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carloto, para exponer que Hebe de Bonafini era la exclusiva invitada de Cristina Fernandez en ese lugar. Para la tapa de Perfil Carloto nunca estuvo donde estuvo.
Ambos diarios La Razón y Perfil salieron a explicar la evidente «construcción» de la realidad que operaron en sus tapas. El diario español expuso una excusa tecnológica, el diario argentina una excusa estética.
Ambas excusas tratan de explicar por qué se hizo lo que se hizo, no dicen que esas fotos no fueran manipuladas y que por lo tanto no se trate de una construcción personal de la realidad. la construcción del propio diario que expone «su» visión de la realidad.
A confesión de parte, relevo de pruebas.