El Plan PROCREAR sigue existiendo pero ya sin sorteos y con tasas de mercado, los Precios Cuidados siguen vigentes pero nadie se preocupa de cuidar los precios, el Ministerio de Trabajo sigue en pié pero no se ha interpuesto para impedir ni uno de miles de despidos, el Plan Conectar-Igualdad continúa pero transferido a las provincias que no disponen de ninguna acción para igualar conectando, el INDEC dejó de engañar con sus índices porque ya no genera ningún índice, el Ministerio de Desarrollo Social tiene sus móviles guardados y su personal de terreno en oficinas, YPF sigue siendo estatal pero pierde a su CEO nacional y es controlada por un ex CEO de Shell, Aerolíneas Argentinas sigue como línea de bandera pero comenzó a cancelar rutas como las del corredor patagónico, el AFSCA se transformó en el ENACOM pero en su Directorio solo hay representantes de medios comerciales a los que debiera controlar, la Secretaría de Comercio encargada de controlar precios entre otros de supermercados quedó en manos de un empresario de supermercados, el Centro Cultural Kirchner es utilizado como comedor diplomático sin ninguna programación cultural, el programa Futbol para Todos pasó a control de los medios privados y de “para todos” pasó a ser solo para quienes tengan cable o internet, la UIF encargada de combatir el lavado de dinero es conducida por abogados del HSBC el banco lavador más sancionado en el mundo, entre otros tantos casos.
El Estado se va transformando en un simulacro, una cáscara, como una escenografía de cartón de los sets de filmación donde se simula una realidad que ya no es, una mera superficie que se va vaciando de contenido.
En esta ocasión la ofensiva neoliberal cambia de estrategia, no ejecuta la política de arrasamiento que llevó a cabo en los 90, y esta nueva etapa construye una ficción de Estado, un simulacro más acorde con los tiempos que corren, ya no los de la inocencia y la candidez, sino los que dividen las aguas entre avispados y avestruces.
Un Estado Zombie, un Estado que sigue allí, ante nuestros ojos, que parece seguir viviendo, pero está muerto, que está siendo objeto del crimen perfecto.
del crimen perfecto.