“Transparencia” es la palabra mágica que el gobierno tiene como toda respuesta a cualquier cuestión política, y el principal abanderado del monoconcepto discursivo del PRO es el actual Jefe de Gabinete, Marcos Peña.
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Posiblemente el joven maravilla del gobierno macrista nunca haya leído al filósofo coreano Byung-Chul Han que en 2012 publicó su libro LA SOCIEDAD DE LA TRANSPARENCIA, por eso bueno es revisar algunos párrafos de la obra de Han para descubrir qué se esconde detrás de un concepto tan políticamente correcto:
“Ningún otro lema domina hoy tanto el discurso público como la transparencia. Esta se reclama de manera efusiva, sobre todo en relación la libertad de información. La omnipresente exigencia de transparencia, que aumenta hasta convertirla en un fetiche y totalizarla, se remonta a un cambio de paradigma que no puede reducirse al ámbito de la política y de la economía.”
“Las cosas se hacen transparentes cuando abandonan cualquier negatividad cuando se alisan y allanan, cuando se insertan sin resistencia en el torrente liso del capital, la comunicación y la información. Las acciones se tornan transparentes cuando se hacen operacionales, cuando se someten a los procesos de cálculo, dirección y control”.
“La sociedad de la transparencia es un infierno de lo igual”.
“La transparencia estabiliza y acelera el sistema por el hecho de que elimina lo otro o lo extraño. Esta coacción sistémica convierte a la sociedad de la transparencia en una sociedad uniformada. En eso consiste su rasgo totalitario: “Una nueva palabra para la uniformación: transparencia”.”
“Sin duda el alma humana necesita esferas en la que pueda estar en sí misma sin la mirada del otro. Lleva inherente una nueva impermeabilidad (…) La espontaneidad, lo que tiene la índole de un acontecer y la libertad, rasgos que constituyen la vida en general, no admiten ninguna transparencia.”
“La política es una acción estratégica. Y, por esta razón, es propia de ella una esfera secreta. Una transparencia total la paraliza (…) el final de los secretos sería el final de la política.”
“(los partidos de la transparencia) continúan el desarrollo para la pospolítica, que equivale a una despolitización. Son antipartidos (…) solamente opiniones exentas de ideología. Las opiniones carecen de consecuencias. No son tan radicales y penetrantes como las ideologías. Les falta la negatividad perforadora. Así, la actual sociedad de la opinión deja intacto lo ya existente.”
“La transparencia forzosa estabiliza muy efectivamente el sistema dado. La transparencia es en sí positiva, no mora en ella ninguna negatividad que pudiera cuestionar de manera radical el sistema económico-político que está dado. Es ciega frente al afuera del sistema. Confirma y optima tan solo lo que ya existe. Por eso, la sociedad de la transparencia va de la mano de la pospolítica. Solo es por entero transparente el espacio despolitizado.”
“Transparencia y verdad no son conceptos idénticos. La verdad contiene negatividad en cuanto se impone declarando falso todo lo otro. Más información o una acumulación de información no hace por sí sola a una verdad. Le falta la dirección, el sentido. La hiperinformación y la hipercomunicación dan testimonio de la falta de verdad, e incluso de la falta de ser. Más información, más comunicación no elimina la fundamental imprecisión del todo. Más bien la agrava.”
“La hipercomunicación anestésica reduce la complejidad para acelerarse. Es esencialmente más rápida que la comunicación del sentido. Este es lento. Es un obstáculo para los círculos acelerados de la información y comunicación. Así, la transparencia va unida a un vacío de sentido. La masa de la información y la comunicación brota de un horror vacui.”
“La transparencia y el poder se soportan mal. Al poder le gusta encubrirse en secretos”.
“La confianza solo es posible en un estado medio entre saber y no saber. Confianza significa: a pesar del no saber en relación con el otro, construir una relación positiva con él. La confianza hace posibles acciones a pesar de la falta de saber. Si losé todo de antemano, la confianza está de más, y la transparencia es un estado en el que se elimina todo no saber. Donde domina la transparencia no se da ningún espacio para la confianza. En lugar de decir “la transparencia construye confianza”, debiera decirse “la transparencia destruye la confianza”. La exigencia de transparencia se hace oir precisamente cuando ya no hay ninguna confianza”.
“La sociedad de la transparencia es una sociedad de la desconfianza y de la sospecha, que a causa de la desaparición de la confianza, se apoya en el control. La potente exigencia de transparencia indica precisamente que el fundamento moral de la sociedad se ha hecho frágil, que los valores morales, como la honradez y la lealtad, pierden cada vez más significación.”