“En esta era dominada por el utilitarismo, lo inútil es más imprescindible que nunca”

El doctor en filosofía y periodista belga, Simon Brunfaut nos habla de eficacia tras el nombramiento de Elon Musk en el ministerio de «eficacia gubernamental», siendo que la inutilidad es un privilegio de la condición humana.

Donald Trump nombró a Elon Musk para dirigir un ministerio de “eficiencia gubernamental”. Su misión, según el comunicado, será «enviar ondas de choque a través del sistema», para reducir drásticamente los gastos considerados innecesarios. El diccionario nos dice que eficacia designa “el carácter de lo eficaz”, es decir, lo que “produce el efecto que se espera”. La eficiencia “marca la capacidad de un mecanismo para producir los efectos esperados”.   Cuando compramos un objeto, por ejemplo, esperamos, naturalmente, que sea eficaz, que funcione.

El problema es que el mundo actual está enteramente dominado por esta lógica de eficiencia. La eficiencia se ha convertido en el valor supremo.  No son sólo los objetos los que pedimos que sean eficaces, sino las políticas públicas, los sistemas de salud o los sistemas educativos, por ejemplo, y sobre todo los seres humanos, los demás, nosotros mismos. Por tanto, la eficiencia es esencial en todos los ámbitos de la existencia. Hay que ser eficiente cuando caminas, cuando haces deporte, cuando haces el amor, cuando comes, cuando trabajas e incluso… ¡cuando duermes! Este mantra de eficiencia proviene de una lógica económica, de una lógica de cálculo y de gestión.

Sin embargo, podemos notar dos problemas en este mandato a la eficiencia: primero, podemos decidir sobre políticas o acciones que son muy efectivas, pero perfectamente injustas. El sistema nazi fue muy eficaz y al mismo tiempo absolutamente horrible. Una acción eficaz no es necesariamente correcta. Y luego, en segundo lugar, esta concepción del ser humano presupone que los individuos estén permanentemente impulsados ??por la búsqueda más efectiva posible de su interés y satisfacción.  Esta promoción inoportuna de la eficiencia implica, por tanto, que seríamos utilitaristas perfectos.  Pero ¿por qué querer ser eficiente a toda costa? ¿No gana más el ser humano siendo ineficiente que eficaz?

El filósofo italiano Nuccio Ordine escribió un libro que aborda este tema de la eficiencia y la utilidad. Su tesis es doble: primero, la utilidad puede ser inútil; todos sabemos que, a lo largo de un día, por ejemplo, producimos muchas acciones que supuestamente son “útiles” pero que en realidad no lo son, y segundo, las acciones inútiles, que en realidad son… ¡muy útiles! En esta era dominada por el utilitarismo, lo inútil es más esencial que nunca. La inutilidad es una dimensión fundamental para la humanidad. ¡A la constante exigencia de eficiencia, respondamos promoviendo lo inútil! El conocimiento, las ciencias, las artes, la filosofía, la curiosidad en general no se basan en un principio de eficacia, ¡y eso es lo que los hace tan importantes! El privilegio de ser humano es poder ser ineficaz.

Entonces, para traer un poco de humanidad de regreso a este mundo, les sugiero esta mañana que aprendan a ser un poco más ineficientes haciendo cosas muy inútiles.  

Del Podscat “En qué mundo vivimos”, de Simon Brunfaut. Publicado por RTBF – Bélgica. 17 de noviembre 2024